Estudio demográfico de la pedanía de La Costera, de Alhama de Murcia, familia por familia y casa por casa en los últimos doscientos años.
Durante muchos años existió una forma de vida que podemos llamar tradicional y cuya principal característica consistió en la ausencia de cambios en esa propia forma de vivir. Esa vida estaba basada en la obtención de unos recursos propios que a duras penas, las más de la veces, permitían únicamente, la mera supervivencia de unas familias ligadas al entorno y ligadas a unas edificaciones que pasaban de padres a hijos o que aumentaban sus dependencias en función de los nuevos miembros de la familia que venían al mundo.
Todavía quedan en La Costera personas que vivieron aquella época pasada, pero resulta indudable que dentro de unos años no quedará nadie que guarde recuerdo de esa vida tradicional y de las familias que vivieron y murieron en este trozo de tierra. Es por esta razón por lo que parece que no está de más el que se intente dejar por escrito -que es lo único que al final permanece-, algunos datos y testimonios que pueden permitir el que aquél que lo desee pueda conocer aquello que ya no es posible conocer por tradición oral; y sobre todo, para que se conozca el origen y los antecedentes del espacio físico que nos rodea, tanto caminos como casas, como ramblas, como tantos objetos y elementos que hoy por lo general tan poco se valoran.
La Costera parece haber atraído todos los males medioambientales: canteras que no respetan la normativa, río contaminado hasta límites inadmisibles, tendidos eléctricos por todos los lugares en que abarca la vista, pozos abusivos, industrias contaminantes, cegamiento de ramblas y entornos paisajísticos, explanaciones ilegales y disparatadas, etc.